En la década de los 80 no era nada fácil la vida en Lezo. Había multitud de problemas: crisis económica, drogas, confrontaciones políticas, falta de equipamientos y actividades para jóvenes…
Con la intención de dar salida a estas problemáticas los jóvenes de Lezo comenzaron a formar diferentes grupos.: unos con raíces políticas, otros centrados en la ecología, en el entorno de la iglesia…
En 1982, en el ámbito de la Iglesia surge Ekaitz Atseden Taldea* con el objetivo de educar a los jóvenes desde el tiempo libre. Se trabajaban, entre otros, el espíritu crítico, la autonomía, los valores sociales o la creatividad. Entre sus actividades se encontraban la celebración de los carnavales. Aunque al principio se trataba de una actividad “interna”, enseguida los mismos chavales propusieron sacar la actividad a las calles. Así en 1985 se hizo desde Ekaitz un llamamiento a los diferentes grupos del pueblo con la idea de organizar algo en el pueblo. A la misma acudieron Allerru elkartea, Ixkulin elkartea, la charanga Takili Takulu, Txerrimuño y la Asociación de Padres. Entre todos se decidió celebrar un sencillo carnaval que consistiría en un desfile, el entierro de la sardina y poco más. Seguidamente y por carta, se presentó la idea al Ayuntamiento pidiéndoles que fueran ellos los que impulsaran estas actividades. Ante la falta de respuesta, fueron las mencionadas sociedades las que llevaron adelante los carnavales.
En aquel tiempo las relaciones entre el Ayuntamiento y la mayoría de las sociedades no pasaban por sus mejores momentos y en 1986 se produce una ruptura de relaciones. Como consecuencia las sociedades optan por organizar unas fiestas alternativas. Se juntaron más de 20 entidades y comenzaron a trabajar como una coordinadora. El trabajo en común se convirtió en una realidad y se mantuvo durante años. Esto se palpaba en la calle y como una de las pruebas más importantes esta la creación del carnaval de Lezo.
En 1987, Ekaitz saca en su desfile de carnaval un gigante con una cabeza de caballo, joroba…Entonces no tenía nombre pero sería el prototipo del Trapujale* de hoy. En 1988 se crea el personaje de Trapujale, que además de tomar parte en el desfile es decapitado como parte de un nuevo ritual. Vista la aceptación por parte del pueblo se lleva la propuesta a la comisión de cultura del ayuntamiento para entre todos dar forma a esta iniciativa. Desde la comisión se decide dar un empujón a la idea y para eso y, siendo concejal de cultura Joseba Aurkenerena , comienzan a reunir diferentes entidades: Allerru elkartea*, Tiñelu elkartea, el grupo de danzas, los txistularis, la escuela de música, Txerrimuño, gestora pro amnistía, el grupo de catequesis, la asociación de padres de la escuela y Ekaitz.
Desde el comienzo había una serie de ideas claras: en Lezo no había forma de recuperar unos carnavales propios, ya que de estos no se encontró nada escrito ni en el recuerdo de los mas mayores; de hacer algo debería ser creado. Tampoco se quería un carnaval “importado”; se quería un carnaval original y rural. Se empezó a trabajar tomando como idea la aportada por Ekaitz. Se realizaron unas seis o siete reuniones de las que salieron los nombres, la música, los bailes…que se pondrían en la calle al año siguiente.
La semilla estaba plantada y en 1989 dio sus frutos. En este año comenzaron los carnavales de Lezo como hoy los conocemos.